13 de Noviembre de 2018
Las esperanzas que han despertado los resultados del ensayo para tratar el alzheimer tardarán en concretarse en la cuenta de resultados de la farmacéutica
La publicación de resultados de ensayos clínicos suele provocar terremotos bursátiles entre las farmacéuticas. Así ha ocurrido con el ensayo de Grifols, Ambar, realizado en 41 hospitales de EE UU y Europa, según el cual el nuevo tratamiento habría retrasado en un 61% la progresión de la enfermedad en pacientes de alzhéimer en una etapa moderada; el título subió un 14% en dos días. No es para menos. De confirmarse esos resultados, el nuevo tratamiento tendría un efecto transformacional en Grifols, ya que dispararía las ventas del Albutein, uno de sus principales medicamentos plasmáticos. Otro dato es que el alzhéimer es una de las enfermedades más huérfanas de nuevas medicinas (no se ha descubierto casi nada en 15 años). Y eso que el sector lleva décadas trabajando en varias líneas de investigación, dado que se trata de un mercado gigantesco, un mal que afecta a 50 millones de personas en el mundo, que podrían llegar a 80 en 2030.
Pese a la reacción eufórica de los inversores, no parece que el nuevo tratamiento vaya a ser realidad el año que viene o el siguiente. “Tenemos que seguir analizando los datos. En concreto, los resultados relativos a los objetivos secundarios del estudio, que incluyen el análisis y los resultados de los test de neuroimagen y neuropsicológicos y los resultados de los análisis de laboratorio, aportarán más información”, matizan desde la compañía. El siguiente paso, en la segunda mitad de 2019, será la publicación de un artículo científico. “A partir de ahí”, dicen las fuentes de Grifols, “decidiremos próximas etapas a seguir”.
Más información: El País